domingo, 13 de septiembre de 2009

Consulta y de formación

Centrado en la acción indirecta sobre grupos o individuos, ha adquirido un gran auge, ejerciendo su función desde una perspectiva terapéutica, preventiva o de desarrollo.

El modelo de consulta es el máximo representante de la intervención psicioeducativa indirecta, en cualquiera de sus modalidades: individual o grupal, centrada en el tratamiento, la prevención o el desarrollo (Reschly, 1981, Gutkin y Conoley, 1990, Rodríguez y col., 1993).

Como finalidad, este tipo de intervención contempla dos aspectos: aumentar la competencia del consultante en su relación con el cliente (alumno, padre, etc) y ayudar a traslada esta competencia a casos similares, por lo que la formación es una función importante del modelo de consulta (Vélaz de Medrano, 1998 citado por Hernández Jorge, C, 2001).

Procede de cuatro campos distintos que a su vez, han generado distintos enfoques, que utilizan diferentes estrategias de intervención, y tienen distintas finalidades y estilos profesionales. Los campos a los que nos referimos son: el de la salud mental, el planteamiento conductual, el desarrollo de las organizaciones y el psicoeducativo.

a) Respecto al campo de la salud mental, este enfoque pretende extender el conocimiento sobre la salud mental entre la población con el fin de capacitar a los profesionales en la resolución de estas dificultades (Figgs y Stoker, 1990).

Caplan (1970) pionero en este campo, señala las bases de un modelo preventivo, dirigido más a problemas que a sujetos problemáticos. Mantiene una perspectiva terapéutica de la intervención centrada en aspectos emocionales y comportamentales. Como estrategias de intervención utiliza técnicas abiertas que permitan la reflexión: modelado, juego de roles, resolución de problema, dramatizaciones (Alpert, 1981).


b) El planteamiento conductual parte de la teoría del aprendizaje social de Bandura (1969). Se focaliza en la modificación de conducta de los sujetos donde se inicia al consultante en técnicas para ello. Es un enfoque en el que se combinan la finalidad terapéutica, la preventiva y la de desarrollo utilizando técnicas basadas en las teorías del aprendizaje: modelado, manejo de antecedentes y consecuentes, refuerzo, etc (Russell, 1981).


c) Por su parte, el enfoque del desarrollo de organizaciones parte de la idea de que para que se produzca el desarrollo de las potencialidades del individuo debe “cuidarse el ambiente de la institución par que ésta cumpla sus objetivos”. (Dinkmeyer y Carlson, 1976;) señalan que se deben proporcionar por parte del profesional, las estrategias necesarias para que los miembros del centro soluciones los problemas. Tiene carácter preventivo y de desarrollo donde la intervención pretende generar un contexto favorecedor que fomente la participación e interacción entre los miembros, la creatividad y asuman responsabilidades.

d) El enfoque psicoeducativo entiende el modelo de consulta como el intercambio de información entre el consultor (orientador) y otros agentes de ámbito educativo (profesores, padres, tutores) en un plano de igualdad, con un objetivo claro: ayudar en el desarrollo integral del alumno. Ello supone por tanto, que la intervención del consultor es indirecta respecto al alumno. En cuanto a las técnicas que utiliza, presenta un planteamiento mixto en el que se atienden aspectos emocionales e intelectivos, se adoptan técnicas de intervención tanto conductuales como de desarrollo de organizaciones o del enfoque de salud mental, lo que da a este modelo un carácter integrador.

Servicios actuando por programas


Este nuevo modelo de intervención directa sobre grupos, presenta la particularidad de considerar el análisis de necesidades como paso previo a cualquier planificación, y una vez detectadas y priorizada dichas necesidades, diseñar programas de intervención que den satisfacción a las mismas.

Este modelo de intervención psicoeducativa suele ser externo al centro y supone la oferta de “servicios o prestaciones”, generalmente desde instituciones públicas, dirigidos a diferentes ámbitos (educación, salud...), y cuyo fin es atender a las demandas de la población (Álvarez Rojo, 1994).

Centrado en las necesidades o demandas sociales, suele realizarse mediante intervención directa por parte de servicios especializados; de carácter público y social es una modalidad centrada en el tratamiento o en la resolución de problemas (Vélaz de Medrano., 1998).

Es un modelo de gran tradición europea, donde la intervención psicoeducativa ha estado durante mucho tiempo ajena a los centros escolares. Sin embargo en Estados Unidos ya desde los años 70, se generaron experiencias de programas compensatorios integrados en la escuela (Reynolds y col, 1998; Elliot y UIT,1986; Marchesi,1993, Aubrey, 1993, Vélaz de Medrano 1998).

Como ventajas, el modelo facilita información a los agentes educativos, favorece la distribución de los escolares en función de criterios externos definidos por el sistema, establece colaboración entre los diferentes profesionales y conecta a los centros educativos con otros centros de la comunidad.

Sus inconvenientes radican en aspectos como: el poco conocimiento y conexión con el centro, la descontextualización de los problemas, el diagnóstico mediante tests psicométricos, la intervención reactiva y la poca coordinación entre los profesionales.

Hoy en día este tipo de intervención a través de servicios, ha ido ampliando sus campos de actuación y asumiendo no sólo el tratamiento de las dificultades sino también de prevención.

Programas


Una intervención a través de este modelo de acción directa sobre
grupos, es una garantía del carácter educativo de la orientación.

El nacimiento de este modelo tiene que ver con la necesidad de superar las limitaciones de los dos anteriores y pretende dar respuesta a las demandas educativas y sociales. Arranca a principios de los 70 en Estados Unidos, donde existe una larga tradición en intervención a través de programas integrados en el sistema socio-educativo.
Siguiendo las definiciones ofrecidas por diversos autores, las características de los programas de intervención, tienen que ver con: ser una acción sistemática, programada y organizada cuyo objetivo es prevenir, rehabilitar o mejorar aspectos psicoeducativos, emocionales y comportamentales del ser humano, así como a lograr metas formativas partiendo de las necesidades de los sujetos y en un contexto determinado (Morrill, 1980: 332; Aubrey, 1982:53; Bisquerra, 1992:18; Montané y Martínez, 1994:83, Repetto y otros, 1994:714).

Al igual que el modelo de servicios, este modelo suele basarse en intervención directa mediante la acción del profesional de la intervención, aunque la diferencia entre ellos radica en que éste, se dirige a grupos amplios de sujetos. Desde este enfoque, la intervención es concebida como una acción intencional, sistemática y contextualizada dirigida a satisfacer necesidades generales previamente identificadas. De esta forma asume los principios de prevención, desarrollo e intervención social y el carácter educativo de la intervención psicoeducativa (Rodríguez, y col 1993, citado por Hernández Jorge, C, 2001).

Algunas de las ventajas de este modelo estriban en: su diseño previo, que implica optimizar los recursos tanto humanos como materiales; su sistematización y análisis de necesidades que delimita establecer prioridades en a intervención ; facilitar la prevención ya que puede llegar a un número amplio de sujetos, y en la evaluación, que posibilita una mejora de la intervención.

Como inconvenientes señalar que: requiere de disponibilidad en cuanto a tiempo de los profesionales; la propia institución, en ocasiones, carece de la estructura acorde a este tipo de modelo de intervención que permita su correcta ejecución; y la formación y hábitos de los profesionales para trabajar este tipo de programas de intervención.

Counseling o de consejo


Se centra en la acción directa sobre el individuo para remediar situaciones déficit. Aunque desligado del proceso educativo, su demanda aconseja una prudente utilización.

El análisis de la tabla pone de manifiesto que la mayoría de los autores y autoras coinciden en señalar las siguientes características básicas sobre el modelo:

1. Se trata de una relación de ayuda personal, directa e individual.

2. Es un modelo diádico en el que intervienen dos agentes básicos: el profesional de la orientación y el orientado. En el contexto educativo, la figura del profesor o de la profesora, que actuaría como un agente intermedio, pasa a un segundo plano.

3. Entre estos dos agentes –orientador y orientado– se establece una relación asimétrica. El profesional de la orientación es el máximo responsable y dirige el proceso actuando como experto.

4. Responde a un problema que ya ha aparecido, por lo que la intervención tiene un carácter remedial, reactivo y terapéutico.

5. La técnica básica del modelo es la entrevista.

Estos rasgos que se han enumerado a partir de las definiciones sugieren una intervención tan exclusiva con el orientado que en ocasiones pudiera ocasionar una falta de perspectiva. El modelo no tiene en cuenta la información o actuaciones que pudieran aportar otros agentes, con lo que la acción puede resultar aislada o descontextualizada.